Buenas, os envió unas fotitos de nuestros lindos gatitos, los recogimos
allí, en ciamm, la verdad es que la historia fue súper bonita, la
primera vez que fui a vuestras instalaciones a por mi primer gato
(frigo) ahora piti, casi me dan a simba, eso lo supe un año después,
aquella tarde me trajeron a un gato, muy chillón y muy naranja, les
dije este no es mi gato, mi gato era casi blanquito, en los huesos y
jamás le escuche maullar, se lo llevaron y me dieron a piti, blanquito,
menudo, ese sí era mi gato, tiempo después tocaba esterilizar a Piti, le
deje allí, mientras esperaba salí a la gatera y allí estaba simba, ni
siquiera me hizo caso, se le veía con bastante genio, cuando recogí a
piti, y salía con el anestesiado, simba si se hacerco, le olió, (según
los veterinarios los gatos no recuerdan quien fueron sus hermanos) yo
puedo afirmar que sí... Simba que de aquellas era tornado, salió
corriendo a olfatear al que llevaba en brazos, se lamieron entre las
rejas, y salieron unos pequeños maullidos, no lo pensé más, no podía
dejarlo allí, así que sin consultar con mi marido solicite la adopción
de simba, cuando fui a recogerlo tenía 9meses, y según me dijo Sara me
llevaba a una fierecilla, jajajaj me hace gracia pensarlo porque simba
es impresionante, cuando llegamos a casa, solté el cacharro en el suelo,
mi otro gato piti, me miraba con cara de decir, eres tonta te has ido
con el capazo sin mi.. Hasta qué simba soltó un maullido chiquitito, a
piti las orejas se le pusieron de punta y enseguida se acerco, cuando
abri, piti saltaba sobre el.... Pero de contento, le acompaño por todas
las instancias de la casa, le enseño donde esta el árbol... Pasaron 2
semanas que simba no salía, pero piti se ocupaba de el, de limpiarle de
estar cerca, una noche de buenas a primeras de arrimo al sofá subió y
por fin se dejó mimar.... Piti, es un gato muy "gato" busca moscas, es
muy señorón, Simba es todo lo contrario, esta todo el día maullando nada
más te ve, esta siempre o con una goma para que se la tires y la traiga
o una pelota, refunfuña por todo, y cuando algo quiere pone la misma
carita que el gato de sreck y sabe conseguilo, les encanta dormir en mis
brazos como sí fueran bebés... Estoy contentísima de haber descubierto
que simba, no era una fierecilla solo era un gato con necesidad de
cariño, y ahora es de lo más agradecido, jamás pensé que la primera
tarde que fui a por piti y me quisieron dar a simba, ese día el destino
quiso que tarde o temprano estuviera conmigo. Os dejo unas fotos para
que veáis que agustito están.